Y cuando llegas…
Mirarte con todos mis ojos, ojos pequeños y tristes, e intentar tocarte con todos mis dedos, mis veinte dedos que siempre te siguen, te acosan y apuntan, y reírme contigo, con mis treinta y dos dientes enormes y filosos, y escucharte atentamente con mis orejas grandes y caídas, y decirte frases bonitas, con todas las palabras que conozco, palabras sin orden ni sentido… y luego, quizás, con el tiempo, pueda quitarme mi traje de abuelita y puedas ver que soy tan solo un lobo, mi bella caperucita…
1 comentario:
Guauuuuu
Tremendo texto!
Hacía rato que no me pasaba por acá
Qué bueno que todavía sigas
Beso enorme desde Argentina
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