martes, 1 de abril de 2008

MI MUNDO SEGÚN “QUEER AS FOLK”

La serie narra la historia de cinco hombres gays que viven en Pittsburgh, Pensilvania: Brian, Justin, Michael, Emmett y Ted; de una pareja de lesbianas, Lindsay y Melanie; y de la madre de Michael, Debbie. Otro personaje principal, Ben, se introdujo en la segunda temporada. La serie aborda sin censura y con franqueza, el estilo de vida de los homosexuales que viven en la actualidad en Norteamérica, conocidos como «working class boys». Combina en partes iguales drama, humor y sexo. (fuente: Wikipedia.com)

Queer as folk, paradigma del mundo gay… Si, es genial una ciudad que acepta abiertamente a los homosexuales, sitios geniales de rumba, historias interesantes y hombres hermosos, sexies y calientes… ¿Qué más se puede pedir? Tal vez que sea real… Pues si, la realidad… Eso que nos falta tanto a los homosexuales ya que vivimos en un mundo de fantasía… Seamos “realistas” porque ¿donde se podrían encontrar tantas cosas perfectas juntas?

Claro que nuestro mundo se acerca un poco al mundo de Queer as folk… bueno, en verdad no tanto… tal vez unos cuantos años luz… Si comparamos Pittsburg con Medellín veremos que la distancia no es sólo geográfica, bueno ese no es el Pittsburgh real (pero por un momento supongamos que si lo es), la tranquilidad en sus calles no se compara a la loca excitación de las calles paisas donde ni de riesgos irías con tu pareja agarrados de la mano… Tampoco existe una zona con exclusivas y variadas ofertas de rumba gay como en Pittsburg… bueno existe una zona de rumba pero nada parecido (no me acusen de arribista o esnobista) pero hay que fijarse bien donde te metes no vaya a ser que te la metan (en sentido figurado claro… y literalmente también) y bien pequeña la dichosa zona así que si quieres variar de sitio solo tienes que pasar a la acera de enfrente y tardarás cinco minutos en ver a toda la gente que como tú está buscando donde rumbear… Porque eso si, en una ciudad como Medellín siempre vas a ver las mismas caras, así que finalmente que importa donde rumbees porque quedarás como en familia…

Medellín a diferencia de las calles de Pittsburg si tiene hombres con barriga, calvos, bajitos, negros, latinos y con defectos físicos, y por supuesto de todos los estratos, no siempre los de los estratos altos son Adonis perfectos ni los de estratos bajos son cerdos miserables… Hay para todos los gustos… Y si de los hombres se trata en Queer as folk hay para escoger. Por supuesto todos son bonitos o si no que gracia tendría verlos, que para ver gente normal basta mirar a mi alrededor y no me estoy quejando por que prefiero un normalito querendón que un perfecto glacial… Obviamente en Queer as folk juegan con los estereotipos o que levante la mano quien no tenga un amigo como alguno de los hombres de la serie, hay están: Michael el chico ingenuo y que cree en el amor, Brian el rompecorazones devorahombres, Emmet la loquita extrovertida y sincera, Ted el fatalista y decepcionado del amor y Justin el pollo bonito recién salido del closet… En algún momento nos hemos sentido identificados con los conflictos de estos seres humanos de dos dimensiones a quienes a la larga todo les sale bien, obvio que van a conseguir lo que desean, dependiendo de cada temperamento y no importa los medios que usen… ¿A ver? A mí las cosas me salen mal todos los días, perdonen mi pesimismo pero mi vida es muy poco rosa (menos mal porque odio el rosa), y mucho menos color arco iris… Tengo traumas, problemas financieros, de trabajo y como todos saben amorosos también… Porque si de amores se trata estos seres humanos casi perfectos desperdician y derrochan cada espécimen de la fauna pittsburguesa (¿Se escribe asi?) que pasa por sus manos (bueno, si los aprovechan y ya sabemos como) para a la final quedarse (obviamente) con los más cercanos a la perfección… Ya quisiera uno (y perdonen que sea un arrastrado) lanzarse encima de cualquiera de esos que los demás desechan… Porque al igual que yo todos (y repito ¡TODOS!) buscamos algo cerca de la perfección y esa sólo existe, ya saben en donde: en la TELEVISIÓN… ¡Snif!