Y vos que trasmutas
mis palabras en objetos, en símbolos y restos de cenizas…
Y vos que convertís
mi tiempo en lejanías, en paisajes e inquietudes…
Y vos que escondés
mis suspiros en pequeños guijarros, en caracoles y erizos de mar…
Y vos que disfrazás
mis miedos en seres complejos y profundos, títeres de un mago silencioso…
Y vos que me hacés
buscar palabras no dichas, inventadas y novedosas…
Y vos que enfrentás
mis dudas, con una espada fulgurante, cual héroe medieval no escrito en ninguna
novela…
Y vos que no
estás a mi lado y sin embargo me acompañas, como un fantasma, hado, espíritu…
Y yo… que rebusco
siempre un motivo diferente para escribirte, para intentar zanjar mis
silencios, mis olvidos y mis dudas…
Y yo… que siempre
te invento, mi pequeño, a través de estas letras, que nadie lee…