viernes, 11 de mayo de 2007

POR MÍ ESTABA BIEN

A ver como empiezo. Después de mi fracaso con “Carelapiz”, decidí no preocuparme por relaciones, ni las mías ni las de los demás. Que si alguien llegaba, que llegara solito. Pues bien, el susodicho llegó, más empujado por mí, que por su propia voluntad, pero llegó, por mí estaba bien.
Un mancito que conozco desde hace dos años cuando él era estudiante de ingeniería, tuvimos un rollo en esa época pero después simplemente se esfumó. Pues acá estaba de nuevo, si, ahora ingeniero graduado, volvernos a conocer, mirar como iban las cosas.
La primera cita, un lugar increíble, un bar de música metal, en serio: metal, lo escogió él por supuesto. Ni yo me lo creía, el volumen de la música no dejaba ni hablar, hombres de cabello largo y trajes oscuros. Permanecer el menor tiempo posible e ir a un lugar más íntimo. Una cosa lleva a la otra, si señoras y señores: sexo. Después de tanto tiempo las expectativas eran grandes, la práctica hace al maestro, pero en este caso no, claro que podía estar guardando lo mejor para el final. Aparte de que el final casi no llega no fue la gran cosa, bueno yo podía hacerlo mejorar, por mí estaba bien.
Después de eso comenzó una relación “formal” por lo menos para mí, claro, para todos era mi pareja, mis amigos lo conocían, mi familia también, e incluso en mi trabajo. Pero yo no conocía ni a uno solo de sus amigos, ni a su familia, a pesar de que muchas veces me los mencionaba. Un hombre reservado, no había problema, por mí estaba bien.
¿Cómo definir esta relación? El mancito decía que yo era su “peor es nada”, en serio, yo era lo mejor que había conseguido en vez de estar solo. Bueno yo haría que se enamorara de a pocos, soy perseverante, por mí estaba bien.
Sólo nos veíamos los fines de semana, por cuestiones de trabajo, del mío claro, porque el mancito no trabajaba. Y cuando nos veíamos salíamos donde yo invitara, luego a mi apartamento y revolcada fija, el sexo no mejoraba, peor aún el mancito resultó ser absolutamente pasivo, por mi estaba bien pero de vez en cuando es bueno variar.
¡Consiguió trabajo!, que bien. ¡En una población a tres horas de Medellín!, que mal. Para el caso daba lo mismo, ahora sólo nos veíamos los fines de semana igual que antes. Ahora que lo pienso era yo el que lo llamaba todos los días, me tocaba llamarlo al celular para ver si ya había llegado a la ciudad, para ver si había llegado a la casa, porque no quería que lo llamara a la casa no me había dado su teléfono fijo, por mí estaba bien.
Mencioné antes que me hablaba de su familia, preciso tenía familia homofóbica, y la más homofóbica de todos: su mama, le vigilaba las amistades para que no tuviera ni un solo amigo con el menor rastro de “rareza”, y como yo no la conocía por mí estaba bien.
Y llegó el día de conocer a la “suegra”, pero no fue en las mejores condiciones. Al mancito lo levantó un bus cuando iba en la moto, resultado: cirugía en la pierna derecha, lesiones múltiples pero no delicadas. Y por primera vez en dos meses me llamó al celular, bueno en realidad fue un timbrazo, yo le devolví la llamada. Y me fui inmediatamente para la clínica. Y allí el momento del encuentro, mi “suegra” y yo frente a frente. La señora casi no hablaba y me miraba mucho y yo en un relajo total, hablando mierda y chismoseando del accidente. No le pude dar ni un beso por que la señora no se despegaba de nosotros. Pero bueno, por mí estaba bien.
Quedaban tres meses de convalecencia para ver que pasaba. La “suegra” le preguntó al mancito que quien era yo, que qué hacía, y como la señora no sabía nada de su hijo le dijo que yo era como “dañado”, a lo cual el mancito le refutó diciéndole que él no sabía nada. Por mí estaba bien.
La suegra no era solamente homofóbica sino también sobreprotectora, así que no lo desamparaba ni de noche ni de día. Posibilidades de visitarlo en la casa: NINGUNA. Si la “suegra” era así, imagínense al resto de a familia, así que me limité a las llamadas al celular. Las celebraciones por los meses cumplidos por celular también, y cuando cumplió años felicitaciones por celular, no le importaba que no nos viéramos, por mí estaba bien.
Después de más de un mes sin vernos, el mancito tenía una cita médica y yo me ofrecí a acompañarlo, él aceptó sobre todo por que nadie lo podía acompañar, por mí estaba bien.
En la sala de espera tuvimos tiempo para hablar, saber como estaba, que sentía, como la había pasado.
A saber:
Estaba bien, de vez en cuando, le dolía la pierna.
Al parecer le daba lo mismo que nos viéramos o no, puesto que yo siempre lo llamaba al celular.
Por el sexo no se preocupaba por que resultó ser el fan número uno de la masturbación.
Por mí estaba bien.
Luego me pidió el favor de entregar unos papeles a una oficina muy alejada de donde estábamos, le daba pereza ir hasta allá y quería irse para la casa a ver televisión, ¿cómo así? No nos veíamos hace más de un mes y esta mancito sólo pensaba en irse para la casa en vez de pasar mas tiempo conmigo así fuera yendo en taxi a entregar esos papeles, si él quería eso por mí estaba bien.
Hablando y hablando le pregunté por que no me presentaba a ninguno de sus amigos, si él ya conocía a todas las persona importantes en mi vida, y hay si fue, me dijo que yo no tenía nada que perder y él si, ¿cómo así? Pues si, que yo por ser abiertamente homosexual no tenía ningún problema en que lo conocieran a él, pero él si tenía mucho que perder si me conocían a mí sus amigos, ¿me tenía que sentir mal por eso? Sólo un poquito. O sea que se sentía avergonzado de mí, ¿por “dañado”? Con esto me sentí más mal que antes. Lo peor llegó cuando me dijo olímpicamente que se estaba consiguiendo una novia.
¿Por mí estaba bien? Pues no, ahí si lo mandé a la mierda. Yo le había aguantado su desinterés, su mamá homofóbica, sus máscaras de heterosexual, su mal sexo, su hastío, su falta de ánimo hacia la relación, su “peor es nada”.
Pero no podía aguantar que no se sintiera orgulloso de ser homosexual, “dañado” como decía su mamá, que quisiera tapar el sol con un dedo, ¡conseguirse una novia! Bueno, hay mujeres que le gustan los “dañados”, así hace feliz a la mamá así no sea feliz él. Le puede presentar a la novia él día de la madre.
¿Por mí estaba bien?
Si, por mí estaba bien. Yo orgulloso de ser homosexual, de tener amigos orgullosamente homosexuales, de tener una familia orgullosa de tener un hijo homosexual, de tener un trabajo orgulloso de contar conmigo.
¿Y el mancito? Pues que se quedé escondido en su máscara de heterosexual, y se pierda la oportunidad de hacerme sentir orgulloso de él, y de sentirse orgulloso de él mismo.
FIN.