viernes, 14 de agosto de 2020

Consecuencias

 Quería hablar de ti, no de nosotros, de ti como siempre, y no supe como empezar.

Intenté por tus labios torcidos y siempre dispuestos a la palabra rápida, a tu lengua mordaz y afilada, a tus dientes disparejos y espesos (¿pueden los dientes ser espesos?).

Intenté de nuevo por tus ojos, por tu mirada traviesa, inquisidora, atrevida y un poco miope cuando de lejos intentabas descubrir mis intenciones.

Intenté por tu piel, ese órgano extraño que llevas expuesto al mundo, por ese tacto suave en unos sitios y áspero en otros, lampiño y con vellos inesperados.

Intenté por tu cuerpo entero, que no puedo hacer coincidir las partes cuando te reconstruyo en mi memoria, ¿o sí?

Intenté por tu recuerdo, de esos tengo muchos, de ese día en el parque tal vez, o de caminar bajo la lluvia, o ese día que ya no estabas, ese es un recuerdo ausente, ¿los que recuerdos de tu ausencia son recuerdos tuyos o míos?

Intenté… si que lo intenté… y agoté las palabras… agoté los recursos… entré en déficit de metáforas… esas son las consecuencias de mis actos… tal vez…

Intenté comenzar de nuevo… y las palabras sobran… pero no son sobre ti… ya nada es sobre ti… y las consecuencias son mínimas, inexistentes…

Intenté entonces, no asumir las consecuencias, ¿cómo asumir las consecuencias cuando no existen?

Intenté vivir sin ti, triste vida de un inconsecuente…

domingo, 7 de junio de 2020

Giros lingüísticos

Podría decir giros para decir desvío o encrucijada, o decir deseo por decir... nada.
Cuando digo silencio o ruido, o digo suspenso y enorme... cuando no digo nada.
Convierto giros en rutas sin dirección, quiero entonces decir "te extraño" y termino diciendo "hola".
Te digo "adiós" cuando quiero decir "no te vayas" y termino convirtiendo silencios en palabras no dichas que es distinto.
Entonces comienzo a girar sobre mi mismo, sobre un mismo tema, sobre vos... o algo así y te cambio el nombre, la cara, la ciudad... y termino perdiéndote entre la gente... y me parece verte en la sombra de los ojos de un niño que pasa, en la risa del adolescente loco que habla con su novia y termino por verte incluso en mi reflejo cuando me miro al espejo antes de perderme a buscarte en esta gran ciudad...

viernes, 31 de enero de 2020

Hoy es el día...

Hoy es el día... desperté mirando el techo de mi alcoba y sonreí, las pantuflas de conejos esperaban ansiosas mis pies y sin morder mis dedos se dejaron usar. Hoy es el día, abrí la ventana que da al jardín de eterno invierno y hoy, solo por hoy, la primavera se ha instalado y gira sus flores recién nacidas al verme. Hoy es el día, el desayuno somnoliento, con cucharas y tazas y platos, se han quedado quietos para mi sorpresa, y sin quemarme los labios me han brindado su compañía. Hoy es el día, mi patito de hule me acompaña en la bañera, y el delfín que se ocultaba en el fondo se asoma gracioso durante mi baño. Hoy es el día, la ropa gris de todos mis días, se ha escondido en el fondo del armario, y han liberado solo por hoy mis ropas de colores, que ya libres bailan sin música al posarse en mi cuerpo y me hacen bailarín improvisado en mi casa. Hoy es el día, salgo a la calle, las nubes corren su telón de boca y el sol como una farola aparece, y solo por hoy, me deja ver el cielo azul, y me caliento la piel con su calor. Hoy es el día, el camino a tu casa se encuentra despejado del trancon habitual de las calles hoy, solo por hoy, no existe, y los pasajeros de los buses, del metro, de los autos y bicicletas me sonríen al pasar, solo por hoy. Hoy es el día, pienso al llegar a tu casa y al tocar a tu puerta... no te encuentro, no estás, huiste, escapaste de esta realidad gris que te ofrecía tan buenas condiciones para la huida. "Hoy es el día", encontré escrito en los muros de tu casa, y me quedo allí mirando las letras que se escurren con la lluvia que comienza cuando el día termina y regreso a casa, y los pasajeros de los transportes me miran huraños, las congestiones, los trancones y las calles, las cucharas, los platos y las flores y los árboles y la puerta de mi casa y el patio y el delfín y las nubes y el sol y el cielo y las pantuflas me dan la espalda, hoy es el día, pienso mientras escribo esta carta que nadie leerá, con el triste asombro de tu huida de mi vida...