Hoy ya no es
igual, o si pero no como antes, cuando sentía tu aliento en mi cuello en las
noches calurosas del verano de mi valle, o la mirada de tus ojos somnolientos
cuando despertabas y me sonreías, y los días lánguidos en los pueblos perdidos
entre montañas, bajo la mirada silenciosa de los ángeles, todas las miradas son
silenciosas cuando no te das cuenta que te están mirando, y los abrazos sin
fin, una y otra vez, a lo largo de los días, desde el primero al último, sin
querer separarnos ni un segundo, y por fin el contacto de los labios, dulce
néctar de tu alma, y sonreír y pensar que nada seguirá igual, pero todo seguirá
igual, sobre todo porque la distancia y el tiempo y la gravedad, ¿la gravedad?,
son la medida de las cosas en este extraño mundo que nos rodea, con horizontes
diferentes, y climas diferentes, y gentes diferentes alrededor pero siempre con
la seguridad de que al sentirnos solos podemos levantar la mirada y ver las
estrellas.
Carta para Juan #1. Chuchú.
Hace 10 años