domingo, 31 de mayo de 2015

Una caja azul celeste...

Un hermoso regalo azul celeste, azul como el cielo diría mi vecina, la pequeña la de crespitos que me saluda cuando pasó por la acera, sin remitente y enorme, casi cubriendo la cara del mensajero, ese que no me saluda cuando llega a entregar factura, y que este día tras el paquete tampoco me saludó. yo recibí el paquete, más bien le dije: "déjelo ahí, por favor", y sin mirarme lo dejó en mitad de mi sala, firme rápido y cerré la puerta.
Y allí estaba yo como un niño pequeño en mañana de navidad, con el as grande, extraño e inesperado y azul de los regalos.
Y aún más sin saber que remitente, quien misterioso sujeto, lo enviaba a mi casa, dando vueltas a su alrededor yo como la abeja a la miel, yo pequeño abejorro panzón y a rayas, como un prisionera de la curiosidad.
Y sin pensarlo más... mas bien pensándolo menos busqué por donde abrirlo, destaparlo, destrozar la cubierta celeste que lo rodeaba para ver su interior, y sin embargo cuando hallé la juntura del papel regalo azul celecte, era de esos papeles que las mamás guardan esperando que sirvan después para envolver otro regalo o para forrar libros de escuela, suavemente tomé la juntura y lentamente despegué el papel de la caja.
Y aún mas tarde cuando la caja completa estaba desnuda ante mis ojos, no vislumbrara ni el menor indicio de que podría ser, caja enorme y cuadrada, mejor dicho cúbica, llena de misterios, y acercando mi oído intentando escuchar el interior, como si una bomba de relojería pudiese estar oculta en tan enorme caja.
Y sin pensarlo intenté abrirla, sin lograrlo...
Y de repente se abrió...
Y su contenido cayó en mis brazos...
Todos mis sueños redondos, plumaceos, plumiferos y volatiles, mis ilusiones cortas, efimeras y lentas, mis esperanzas sonrosadas, esquivas y luminosas... todo allí juntos para darme una sorpresa, para recordarme que aún estaban allí, listas para saltarme a la cara en los momentos mas inesperados...
Gracias lindas hadas que no permiten que dejé de caminar...