Cuando muera, y
ruego esté lejano ese día, extrañaré estar vivo como siempre…
Cuando muera
extrañaré tantas cosas…
La maravilla de
estos pies que me llevaban por las calles largas de las ciudades, de los campos
y los caminos…
El sonido del
viento en mi ventana, aullante lobo que cuidaba mis días…
El tacto de las
paredes cuando mis dedos las rozaban…
Extrañaré olvidar
recuerdos, inventar historias y contar sueños...
Extrañaré espiar
el interior de las casas cuando pasaba por las calles, y los tristes que son
las casas vacías...
Extrañaré los
pequeños ruidos cotidianos, el correr del agua, el sonido de la lluvia en los
tejados, los pasos sobre las hojas secas…
La sensación del
agua en mi cuerpo...
Extrañaré llorar, y reír, y suspirar…
Extrañaré los
ladridos de los perros, la risa de los niños, y la música, o sí que extrañaré
la música, esa casualidad misteriosa del ritmo en el aire…
Extrañaré la
redondez imposible de la luna…
Extrañaré los
atardeceres, y lo triste que son cuando no tienes ningún lugar a donde ir…
Extrañaré pronunciar
palabras, no las rimbombantes y rebuscadas, sino las otras las sencillas, las
que no significan nada…
Extrañaré el olor
del café, del polvo, de la hierba, del sudor, de la tierra cuando llueve, y del
campo…
Extrañaré mirar,
ver y parpadear, observar sin enfocar, simplemente cerrar los ojos y saber que
la realidad está al otro lado…
Extrañaré
sentarme en mi cama al despertar y saber que todo está bien, sentir que todo
siempre estará bien…
Extrañaré conjugar
verbos, en mi persona favorita: nosotros…
Extrañaré la
mirada inocente de los niños, y la mirada complaciente de los ancianos…
Extrañare respirar,
escuchar los sonidos de mi corazón, y como se siente este cuerpo mío…
Extrañare el
bullicio, el silencio y la calma…
Extrañaré extrañar, sentir, pensar...
Extrañaré no
estar, o estar, o esta eterna indecisión que siempre me acompaña…
Extrañare los abrazos, las miradas y los guiños y los besos...
Extrañaré mi lugar,
mi refugio y mi escondrijo…
Extrañaré tantas
cosas…
La tristeza…
La melancolía…
La nostalgia…
La saudade…
Las lágrimas…
Mis cicatrices…
Mis miedos…
Mis esperanzas
Mis olvidos…
Y mis sueños…
Y dejaré de
extrañar las cosas en algún momento, tal vez, y al fin sabré que estoy en casa…