lunes, 28 de abril de 2014

Hoy te escribo...

Hoy te escribo, en cierta forma siempre te he escrito, pero hoy es diferente. Te escribo ya no en tono de queja, de largo sollozo, de triste y eterna despedida…
Hoy, te escribo, como tantas veces, tejiendo redes de colores para alcanzarte y enredarte lentamente en estas palabras, palabras como mariposas, como luciérnagas, como polillas que golpean en tu ventana para entrar a refugiarse en tu cálido regazo…
Hoy te escribo, como postal de lejanos lugares, retratando paisajes luminosos, calles con pasos nacarados, como el camino dorado de Oz, caminos que recorremos para llegar a ninguna parte, y para que llegar si lo mejor es el recorrido…
Hoy te escribo, con letras chuecas, que como hormigas laboriosas llevan mis mensajes hasta tus ojos, o tus orejas, o tus manos, y como hormigas trepan por tus largos brazos y te producen cosquillas y te hacen reir…
Hoy te escribo, como siempre y como nunca, con estas ganas de verte, dormido, despierto, despeinado y en pijamas, sumergido entre tus cobijas, y sin perder la costumbre, te hago una mueca, te miro los ojitos y te dejo dormir otro ratito…
Hoy te escribo...
patético,
simpático,
tétrico,
óptico,
trémulo,
intrépido,
somnífero,
típico,
hipotético,
metafórico,
ridículo,
auténtico,
simbólico,
sonámbulo,
mágico,
escénico,
retórico y
sintético…
Hoy te escribo… y me muerdo la boca, con las ganas enormes que siempre tengo de besarte, y esa promesa de hacerlo algún día, y no quedar satisfechos…

Hoy te escribo, y como siempre no te digo nada, será esta tonta costumbre de esconderme detrás de las palabras, letras que forman tu nombre sin querer en mi teclado…