lunes, 26 de marzo de 2007

RELACIONES AMOROSAS DEL SIGLO XXI (Capitulo II)

Hablando de novios promedio, ¿Cómo es un novio promedio?
Para comenzar que sea agradable a la vista, por lo menos que le agrade a uno, a mí me gustan bajo perfil (no es que tenga la nariz en el ombligo como mucha gente pueda pensar), hombres que no aparenten mucho, que sean medio descuidados, con una ligera sombra de barba, eso si fundamental: flacos, desgarbados y narizones (creo firmemente que el tamaño de la nariz tiene una relación directa con el tamaño del miembro viril, ¿alguien piensa igual que yo?).
Claro que no todos han sido descuidados, algunos han estado muy bien vestiditos, y es que lo importante, por lo menos para mí, no es como se ven vestidos sino como se ven desvestidos.
Eso me lleva al segundo punto: ¿cómo es el cuerpo de un novio promedio? En un pueblo como el colombiano, no esperamos una estatura exagerada (el hombre promedio colombiano mide entre 1.65 y 1.75), así que ubiquemos el novio promedio en esta estatura (en mi caso entre más alto mejor, los hombres entre más altos más desgarbados). Por razones de ancestros indígenas los hombres de estas tierras tienden a la barriguita (si, en diminutivo) como digo yo: “si Dios nos quisiera con cuadritos en el abdomen, hubiéramos nacido con ellos marcados”, pero no exageremos, yo los prefiero flacuchentos, el novio promedio tendría en su defecto una suave barriguita para apapachar. Aunque en medio del hedonismo homosexual tal vez no permitamos reconocer en público que nuestra pareja tengo ese cinturón de grasa que no molesta para nada. Cada quien tiene sus gustos y no vamos a pelear por eso. Lo último pero no menos importante es el color de la piel, en este punto no puedo decir mucho, he tenido parejas muy blancos hasta morenos, así que cada quien puede escoger según sus gustos.
Terminado con el aspecto físico pasemos a el interior (parezco hablando de apartamentos), si, intelectual y espiritualmente hablando el novio ideal debería ser: profesional, con buen trabajo, buen apartamento, buena posición social y económica, y estable emocionalmente. Pero acá estamos hablando del novio promedio, así que olvidemos lo anterior, definámoslo así: que trabaje, en lo que sea pero que trabaje, y si estudia que también trabaje, nadie está para mantener al novio (así sea en la rumba), que tenga al menos una pieza para amanecer de vez en cuando juntos (no seamos exigentes), que no ande con confusiones a estas alturas, es decir que se haya reconocido, que por lo menos su familia lo sepa (que pereza andarse escondiendo), y sobre todo que esté con uno por una fuerte razón, para que no se largue a la primera del cambio, claro que siendo realista el novio promedio siempre nos va dejar para volver con el exnovio o con alguien que le ofrezca más de lo que uno le ofrece.
No olvidemos el aspecto sexual. Si señores y señoras: SEXO. Seamos realistas, quien no ha quedado decepcionado de especimenes bellísimos que no llegaron a ninguna parte, y de excelentes amantes a pesar de no ser una maravilla físicamente. El novio promedio deberá entonces satisfacernos en el campo sexual, el tamaño no importa, lo importante es que lo que sepa hacer lo haga bien.
Y lo último, contar con la aceptación de los amigos, en la actualidad buscamos más la aprobación de nuestros íntimos que de nuestra propia familia. Y nuestros amigotes lo único que quieren es que el susodicho nos haga felices, así sea un novio promedio.
Según todo esto: ¿Alguien tiene un novio promedio?
Mirándome bien yo he sido un novio promedio, para mi próxima relación volveré a serlo, y he tenido novios promedio, y algún día llegaré a ser un novio ideal. Pero como están las cosas quien sabe si ya fui el novio ideal de alguien y no me di cuenta.
Y lo más seguro es que mi novio ideal ya paso y tampoco me di cuenta.
(Continuara…)